Una buena planificación de las campañas de marketing on-line es
fundamental para su buen desarrollo y sobre todo para alcanzar los objetivos
propuestos. Hace unas semanas hablábamos de la campaña desarrollada por
BurguerKing en la que prometían regalar patatas a toda España si alcanzaban los
250.000 seguidores, un ejemplo de éxito que fue del agrado de todos los
participantes.
El caso contrario lo encontramos en la celebración del 14 aniversario
del Banco ING-Direct, que durante toda una jornada ha lanzado una promoción a
través de su página web, en la que se comprometía a enviar en directo un trozo
de tarta a todos los que se inscribieran en un formulario y a continuación
pulsaran un botón que se dibujaría en verde cuando pudiera solicitarse. Durante
cerca de 10 horas, la web ha estado emitiendo el envío continuo de trozos de
tarta a una pequeña parte de los inscritos, no obstante, la campaña ha derivado
en un verdadero aluvión de críticas negativas por parte de los participantes,
que durante horas han esperado a que el supuesto botón cambiara de color sin
éxito alguno.
La falta de planificación de la campaña dejó pasar desapercibida la
posibilidad de que la tasa media de llegada de solicitudes fuera
exponencialmente superior a la capacidad de gestionar esta promoción, lo que ha
derivado en una gran frustración general.
La percepción previa era muy superior en comparación con la experiencia real,
lo que ha creado un desencanto generalizado causado principalmente por el
exceso de solicitudes y el error en las previsiones para atenderlas, algo
sorprendente considerando que el propio banco ha invitado por e-mail a
participar a todos sus clientes. Tras detectar el problema, la marca no ha
sabido afrontar la situación, apenas un mensaje de disculpa en la red social
Facebook ha sido la única manifestación emitida a raíz del malestar creado en
todas las redes sociales, lo que ha generado cerca de cuatrocientas respuestas,
en su mayor parte negativas.
Una entidad bancaria que transmite semejante falta de previsión en sus
promociones genera gran inseguridad en sus clientes potenciales, más aún cuando
carece de oficinas físicas. La imagen generada en la promoción puede ser
extrapolada al tratamiento habitual de las gestiones bancarias por parte de la
entidad, algo muy negativo para su imagen de marca.
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