Si estudiamos el éxito de
multitud de empresas que han sabido triunfar en un entorno tan convulso
como el que vivimos, en muchos casos descubriremos que uno de sus grandes
secretos ha sido la habilidad de saber definir y reinventar sus modelos de
negocio, entendiendo por modelo de negocio el modo en que la empresa opera y es
capaz de crear valor para el mercado.
Como puede suponerse, definir el
modelo de negocio no siempre es fácil. Para ayudar a ello, Casadesus-Masanell y
Ricart propusieron un sistema muy práctico basado en dos conceptos:
- Las decisiones que la empresa toma acerca del modo en que debe operar. Estas decisiones pueden referirse a áreas tan diversas como el modo de aprovisionamiento, localización de recursos, uso de activos, iniciativas de marketing, políticas de precio adoptadas, empleo de incentivos para los empleados, etc. Los autores clasifican las decisiones en tres grupos: políticas (relacionadas con la operación), uso de recursos tangibles y de gobernancia (acuerdos contractuales).
- Las consecuencias de esas elecciones. Cada decisión llevará asociada una consecuencia; por ejemplo la implementación de una política de incentivos conllevará una mayor satisfacción de los empleados, la búsqueda de modos más eficientes de aprovisionamiento causará el abaratamiento en los costes de producción, etc.
Así, imaginemos por ejemplo una
empresa fabricante de ordenadores que decidiera dirigirse exclusivamente a
estudiantes. Podríamos deducir las siguientes relaciones:
Una interesante aplicación de el
uso del modelo decisiones/consecuencias, es que ambos elementos se pueden
representar gráficamente en un "diagrama de bucle causal". Lo
interesante en esta representación es la posibilidad de identificar círculos
virtuosos. Serán círculos virtuosos todas aquellas vías que partiendo de una
decisión, ésta acabe a la vez siendo una consecuencia a lo largo de una serie
de pasos. Los círculos virtuosos deben ser considerados como fundamentales para
la operación de la compañía.
En general no siempre será
sencillo plasmar el modelo de negocio de una empresa, debido a la multitud de
relaciones decisiones/consecuencia que pueden identificarse en ella. Para
ayudar a conseguirlo, se puede optar por dos vías:
Agregación. Consiste en observar
el negocio desde un punto de vista algo más amplio, de forma que se pueden
agrupar decisiones que vayan en la misma línea y puedan producir las mismas
consecuencias.
Descomposición. Consiste en
identificar relaciones que no interrelacionan con ningún otro elemento, por lo
cual pueden ser aisladas para estudiar de modo particular, aligerando el resto
del modelo.
Como podemos ver, la propuesta en
forma de decisiones y consecuencias ofrece un modo práctico, gráfico e
ilustrativo para definir el modelo de negocio de las empresas, lo cual es con
frecuencia para su éxito.
Publicada por: Fernando Doral Fábregas
Publicada por: Fernando Doral Fábregas
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