El efecto Groundswell es un fenómeno social que consiste en que la gente utiliza las redes sociales para obtener información de lo que necesita, pero no a través de las empresas, sino de otras personas utilizando la facilidad de comunicación de las redes sociales.
Actualmente estamos en un momento en que las empresas, ya sean grandes o pequeñas han perdido el control de sus marcas, ahora el control lo tienen los propios consumidores o usuarios. Todo este cambio que estamos experimentando es posible gracias a Internet, las nuevas tecnologías y su gran capacidad para comunicarse.
Este efecto tiene que ser tomando en serio por las empresas ya que amenaza a todas las empresas que no se adapten o no sean conscientes de este cambio, tienen que cambiar la manera en relacionarse con los clientes. Pero también es una gran oportunidad si se usa bien ya que podrán beneficiarse de este cambio social.
Este efecto es una colisión de tres fuerzas principales: personas, tecnología y economía; y no es algo pasajero que se irá con el tiempo. Las corporaciones y las marcas tienen entonces dos opciones: seguir en el antiguo modelo de acción-reacción o adecuarse a las nuevas características sociales en las que vivimos actualmente.
Según Forrester, Groundswell es un concepto que abarca el cambio social, posible por las nuevas tecnologías y por el uso social de las mismas para comunicarse entre sí y con las empresas, de una forma fácil, barata y nunca conocida hasta el momento.
Un claro ejemplo de ese efecto es el siguiente: Jennifer Laycock, defensora de la lactancia de los bebés y administradora del blog <www.thelactivist.com>, quería recaudar fondos para una organización benéfica dedicada a la lactancia. Creó una camiseta con el lema «Breast Milk: The Other White Milk» («La otra leche blanca»), y cuando había vendido por un total de ocho dólares recibió una carta de la Asociación Nacional de Productores de Carne de Cerdo (NPB, por sus siglas en inglés) en la que le solicitaba que dejara de vender esa camiseta porque el lema manchaba la buena reputación de la marca registrada de la asociación, «The Other White Meat» («La otra carne blanca»). Pero Jennifer no es una mamá cualquiera; también es experta en marketing de Internet. Contó el hecho en su blog, y pronto incluyeron un enlace a él otros doscientos blogs. La NPB se olió un desastre de relaciones públicas y rápidamente negoció un acuerdo y organizó una colecta entre sus empleados para ayudar a la organización benéfica de Jennifer.
Publicado por: Santiago Alo Simma Oyana