No hace tanto que nos sorprendíamos con películas de
Ciencia Ficción donde los actores llevaban a cabo acciones que parecían imposibles de realizar, por las limitaciones que la tecnología de la época tenía.
Sin embargo, esos avances tecnológicos, verdaderamente vertiginosos, hacen que año tras año, tengamos novedades en aplicaciones y dispositivos, que nos permiten a los usuarios de a pie, sentirnos como ellos.
En el mundo del marketing, el concepto de Realidad Aumentada, irrumpió hace unos años, pero es algo difícil de asimilar por las marcas y el consumidor no termina de entenderlo completamente. Y no es de extrañar, no tanto por su definición, como por su funcionamiento.
¿Qué es Realidad Aumentada?
La Realidad Aumentada (RA en adelante) engloba aquellas tecnologías que permiten la superposición, en tiempo real, de imágenes, marcadores o información, generados virtualmente, sobre imágenes del mundo físico. Se crea así un entorno en el que la información y los objetos virtuales se fusionan con los objetos reales, enriqueciendo la percepción que recibe el observador de dicha realidad.
Éste, puede examinar objetos 3D reales mientras recibe información adicional sobre ellos, es por ello que la RA pueda ser entendida como una tecnología que ofrece una nueva lente para ver el mundo.
Los avances en dispositivos móviles, principalmente en smartphones, (aunque también en diferentes técnicas que combinan el mundo real con la información virtual) y la conectividad permanente han dado lugar a que hoy en día la RA esté ubicada en el sector de consumo de manera generalizada.
¿Cómo funciona la Realidad Aumentada?
Esta tecnología actúa como una verdadera lente a través de la cual puede verse el mundo físico (gente, lugares y cosas). La gran capacidad de esta lente, que es el sistema de RA, es la de superponer sobre el entorno físico información digital relevante con el contexto en el que se encuentra la persona que está observando. Esta información, generalmente, se encuentra en la nube (la red).
De forma abreviada, podemos decir que hay que combinar estos 4 ingredientes básicos para poder componer una RA:
- Elemento capturador de imágenes reales (que están viendo los usuarios en ese momento). Por ejemplo, la cámara de un ordenador o de un teléfono móvil.
- Elemento sobre el que proyectar la mezcla de las imágenes reales con las imágenes sintetizadas. Por ejemplo, la pantalla de un ordenador, de un teléfono móvil o de una consola de videojuegos.
- Elemento de procesamiento, o varios de ellos que trabajan conjuntamente. Interpreta la información del mundo real que recibe el usuario, genera la información virtual que cada servicio concreto necesita y la mezcla de forma adecuada. De nuevo como ejemplo, los PCs, móviles o consolas de estos dispositivos.
- Elemento “activador de realidad aumentada”. O dicho de otra manera, el elemento que provoca que el proceso se inicie, por ejemplo, los elementos de localización como los GPS que en la actualidad van integrados en gran parte de los smartphone; las brújulas y acelerómetros que permiten identificar la posición y orientación de dichos dispositivos; las etiquetas o marcadores del tipo RFID o códigos bidimensionales (códigos QR o BIDI); o en general cualquier otro elemento que sea capaz de suministrar una información equivalente a la que proporcionaría lo que ve el usuario (sensores).
¿Cuáles son sus aplicaciones?
La RA es utilizable en múltiples ámbitos, dada su oferta de posibilidades de interacción:
En proyectos educativos (museos, imágenes virtuales de ruinas reconstruidas o paisajes tal y como eran en el pasado), en cirugía (permitiendo la visualización completa y real del trabajo que está realizando el cirujano, evitando que las estructuras externas dificulten la visualización del área real de trabajo), en entretenimiento (juegos), arquitectura (recomponiendo edificios destruidos o ejecutando proyectos bajo plano), reuniones (“mundos” o comunidades virtuales), simulaciones de vuelo, de evacuaciones en caso de emergencia, aplicaciones industriales, prospección, turismo, etc.
Y cómo no, en el mundo de la publicidad donde este conjunto de técnicas está creciendo como una nueva forma de creación de contenidos de gran valor.
La realidad aumentada no sólo sirve para llamar la atención, sino que permite una gran interactividad entre el usuario y el producto, pudiendo, por ejemplo, ver un producto antes de comprarlo o “usarlo” casi como si fuera real u obtener información útil sobre ellos, en lugares donde físicamente resultaría imposible.
Aporta dinamismo, atrayendo a los consumidores, despertando interés y entreteniendo con esa interacción, consiguiendo que el producto sea el protagonista (más que en cualquier otro formato), objetivo de la publicidad.
Por todo esto, las campañas de Marketing Online con Realidad Aumentada suelen tener mucho éxito entre las campañas virales.
Y no sólo los jóvenes se ven atraídos por este tipo de técnicas, que son los que menos apuestan por los métodos tradicionales de publicidad, sino que logran captar la atención de cualquier espectador y cada vez son más las marcas que la integran en sus mensajes publicitarios.
Según estudios de expertos, se estima que el mercado de la RA en los Estados Unidos, por ejemplo, llegará a los 270 millones de euros en 2.014, cuando en 2.008 (año en el que empezó a emplearse) contaba con sólo con 4,6 millones de euros.
Teniendo en cuenta que los costes de elaboración han disminuido hasta más de la mitad respecto a sus comienzos, la RA se ofrece como un excelente medio para la creación de branding de empresa (recordación de marca entre el público). Creatividad, impacto, sentido del humor, utilidad e innovación, son las claves para brindar nuevas experiencias a los consumidores.
Un ejemplo de lo que esta tecnología puede ofrecer, en la presentación por parte de Ford del nuevo modelo Fiesta 2014:
O este otro, donde la RA ofrece al espectador visualizar escenas de películas:
Publicado por
Inmaculada Sánchez Ramos