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martes, 5 de noviembre de 2013

PUBLICIDAD EMOCIONAL, ¿ECHAMOS UNA PARTIDITA?

El mundo cambia, las personas se adaptan. Todo conforma un ciclo. El cambio es un proceso fascinante en los seres humanos, con el que se disfruta y aprende. Pueden ser minutos, horas, días. Sin embargo tarde o temprano, la rutina acaba implantándose. La adaptación da paso a la tranquilidad, pero pronto emerge la nostalgia de esa última experiencia innovadora, ese suceso original e inolvidable. Así el ciclo comienza de nuevo.

Es en esta faceta emocional dónde se centran multitud de campañas de marketing. Las grandes empresas buscan abrir brecha en la mente del consumidor a través de ideas revolucionarias. La comunicación unidireccional falleció hace tiempo: hoy, es preciso empatizar con el cliente, provocar una reacción. La clave del éxito ya no está en la compra del bien o servicio, sino en conseguir la fidelización del consumidor para así convertirlo en prescriptor de la marca.

Un ejemplo de esta implicación emocional en el mundo de la publicidad lo encontramos en “la teoría de la diversión”, iniciativa de Volkswagen Suecia, que en colaboración con la agencia de publicidad DDB Estocolmo, realizó en 2009 una serie de spots audiovisuales centrados en acciones de street marketing y marketing de guerrillas, que alcanzaron rápidamente cierto éxito y notoriedad en redes sociales. Es conocido el esfuerzo de Volkswagen por innovar en el terreno de la publicidad. Recientemente, ha desarrollado una original campaña utilizando el SEO en los resultados de Google imágenes para promocionar su modelo Passat Variant.

La propuesta de DDB se basaba en que “la diversión es la manera más fácil de cambiar el comportamiento de las personas” y animaron a que participase en el proyecto todo aquel que lo deseara. Los únicos requisitos: ingenio y creatividad.

Aquí podemos ver como convirtiendo unos escalones de una boca de metro en teclas de piano, se consiguió que los ciudadanos utilizaran menos las escaleras mecánicas. El resultado no deja lugar a dudas: un 66% más de usuarios del metro prefirió utilizar sus pies en el teclado.



Pero hay otros spots que consiguieron cautivar a los transeúntes. En este vídeo, convirtieron un contenedor de botellas en una máquina arcade. En una hora, el renovado recolector recogió 100 botellas, mientras que uno convencional que estaba cerca, sólo fue utilizado dos veces. Aquí se consiguió demostrar un compromiso con el medio-ambiente,  además de “fidelizar” al ciudadano.



Aquí una muestra más de la “teoría de la diversión” y el compromiso con el medio-ambiente.



Pero, ¿es la teoría de la diversión una aportación rompedora en el mundo del advertising? Ciertamente no. Responde nada más y nada menos que al auge de la gamificación (aquí un ejemplo de su gran popularidad), que consiste en aplicar las mecánicas de los juegos, a todo contexto ajeno a ellos, con el objetivo de modificar ciertas pautas de comportamiento.

La gamificación es un fenómeno en expansión. Actualmente mueve 200 millones de dólares a escala global y está previsto que para el 2016 alcance los 2600 millones.

2 comentarios:

Inma Sánchez Ramos dijo...

Incluir la diversión en acciones rutinarias de nuestro entorno, estimula incluso a cambiar hábitos negativos adquiridos.

Y es que no hay nada que motive más que la diversión :-) :-)

ENyD dijo...

Nosotros pensamos lo mismo, Inma. Esperamos que te haya gustado el artículo y que sigas participando dando a conocer tu opinión sobre los que están por publicarse.

Te esperamos, ¡muchas gracias!