Las relaciones entre empresas y clientes han ido progresando
en los últimos tiempos hacia una mayor conciencia del entorno que nos rodea.
Las antiguas concepciones unilaterales han
quedado obsoletas; los valores éticos ya no se imponen a los consumidores,
son éstos los que los exigen.
Las dinámicas sociales han cambiado, existe una
nueva generación denominada “Millenials”,
individuos menores de 30 años, bien preparados, que valoran enormemente su
potencial y que son exigentes en lo que respecta a sus intereses y
motivaciones.
Sólo en España hay cerca de 8 millones de personas nacidas baja la etiqueta de esta generación, según las últimas cifras del Instituto Nacional de Estadística, un número demasiado elevado como para ser ignorado, y que ahora además se está enfrentando a un contexto laboral de perspectivas pesimistas que les ha empujado a cuestionar más la realidad. Son nativos digitales y quieren hacerse oír: el consumidor ya no es un ser pasivo y el espacio mediático se ha hecho eco de esta nueva eventualidad.
Por ello, las empresas han dedicado cada vez más recursos a la responsabilidad social corporativa, RSC, la reacción lógica a las cuestiones que más preocupan a la sociedad, una actitud que demuestra la voluntad de las firmas comerciales por adaptarse a los nuevos tiempos. Anualmente publican una memoria de Sostenibilidad donde resumen sus acciones y presentan los ejercicios para el próximo año. Acciones relacionadas con la RSC hay varias, sobre todo dependiendo del sector al que pertenezca la empresa. Ejemplos de ello son: promover el respeto al medio-ambiente, asegurar la igualdad de oportunidades o respetar los códigos éticos en publicidad.
Tan vigente es la cuestión del compromiso social corporativo que existe un índice que califica a las empresas en función de su grado de cumplimiento de RSC, llamado Dow Jones Sustainability Index, muy tenido en cuenta por inversores pues garantiza estabilidad y penaliza los riesgos que conllevan las malas prácticas en las dinámicas laborales en lo que a materia social se refiere. Por ello el Dow Jones Sustainability Index se ha convertido en una fuente de información indispensable para inversores de todo el mundo.
Muchos empresarios olvidan que sus negocios sobreviven gracias a la sociedad que les ha dado cabida y que compra sus servicios y productos. La clave estriba en el compromiso con la actualidad y lo que representa. Acercarse a la comunidad es un acto coherente y ayuda a los consumidores a establecer un vínculo emocional con la marca: las campañas de marketing basadas en las principales preocupaciones de la sociedad son muy bien recibidas por parte de los destinatarios del producto o servicio ofertado.
La empresa exitosa de hoy no es sólo aquella que consigue buenos resultados, sino también la que logra transmitir una buena imagen a la sociedad. Si promueve los valores, persiste en el potencial cliente y por ello perdura en el tiempo. Devolver al consumidor al centro de las estrategias empresariales resulta, en suma, rentable.
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