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martes, 8 de octubre de 2013

START…¿QUÉ? GUÍA PRÁCTICA PARA CREAR UNA STARTUP Y NO MORIR EN EL INTENTO

En el ámbito del emprendedor nos encontramos últimamente con gran frecuencia el término “Startup”, pero resulta curioso constatar que muchos desconocen en verdad qué significa

Los casos exitosos son muy conocidos (Twitter, Facebook), pero también existen los intentos decepcionantes como el de la española eyeOS, que demuestran la vigencia del término hoy en día. Vamos a tratar de explicar el término de manera concisa y sencilla a través de estos puntos:
  1. Una Startup ante todo, es una PYME. Para que sea definida como tal debe componerse de un número mínimo de trabajadores.

  2. Se basan en la innovación tecnológica: desarrollo de programas y aplicaciones móviles son los campos a los que más se dedican las startups actualmente. En España se llaman EBT o Empresas de Base Tecnológica.

  3. Tienen una vida delimitada: si tienen éxito, las startups gozan de notoriedad, y por ello acaban siendo absorbidas por empresas más grandes. De no ser así, mueren rápidamente, por lo que el panorama de este tipo de negocio es altamente volátil.

  4. Su viabilidad económica no se obtiene por las vías tradicionales: se busca financiación privada. Aquí hay varias posibilidades, los Business Angels, crowdfunding, sociedades de Capital Riesgo, etc.

  5. No hay porqué definir un modelo de negocio: muchas startups son vendidas antes de alcanzarlo. Un ejemplo concreto es Instagram. 
Toda vez que el concepto ha sido definido, viene bien recordar qué cosas es mejor evitar para obstaculizar la buena marcha de nuestra Startup:


La directriz única: cómo hemos definido previamente, las Startups son empresas pequeñas. Por ello es corriente verlas dirigidas por una única persona. Esto puede acarrear dificultades en las dinámicas laborales y se considera más conveniente evitar al “jefe único”. Es más apropiado tener un equipo ejecutivo en el que se repartan responsabilidades y apoyos, para así poder enfrentar mejor los problemas que surgirán, que no son pocos.

Localización: aunque las bases de las Startups sean tecnológicas y muchas veces trabajen en el ámbito de la Web o la nube, el lugar físico dónde se desarrolla la actividad es un factor clave: convivir cerca de otros proyectos similares y de tus potenciales clientes aumenta las probabilidades de éxito de nuestra firma. El lugar habla de nuestra empresa, es otro añadido más a nuestra marca: no es lo mismo trabajar en las afueras que cerca de los expertos en la materia a la que nos dedicamos (un ejemplo de esto sería Silicon Valley).

Elaboración de una estrategia equivocada: la escasez en la ambición puede ser mal vista por el sector, el exceso puede proporcionar una perspectiva irreal de las cosas. Es esencial estudiar a nuestro público potencial. Para todo problema, existe una solución y es nuestra labor encontrarla para hallar la finalidad de nuestra Startup para poder llevarla a buen término.


Respetar el timing: el lanzamiento de nuestro producto debe diferenciarnos del resto, no puede ser demasiado temprano, ni tampoco tarde. El mundo de la tecnología cambia velozmente, pero ello nos tiene que motivar, no impacientar.

-Administrar la inversión: hay que saber tratar bien a nuestros inversores. Pueden proporcionarnos puntos de vista útiles, contactos. Así mismo, resulta tentador gastar en profesionales, es sinónimo de gasto alto; gastar poco puede hacernos perder una buena oportunidad. Por ello, encontrar el equilibrio es fundamental.





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